Pasarte mucho tiempo cuidando de que cada objeto de la cocina esté en su lugar y que todo, por supuesto, esté limpio, muy limpio.

 

 

Obsesionarnos con que cada pliegue de nuestro vestido caiga donde debe hacerlo o que las personas con las que nos relacionamos sean tan cuidadosas como nosotros. ¿Te sientes identificado/a? Entonces es posible que también tú padezcas la llamada personalidad anancástica, pero no te preocupes, de una forma u otra, todos somos “un poco obsesivos”.

El verdadero problema de este tipo de trastornos llega cuando no podemos llevar con normalidad nuestra vida diaria, cuando este tipo de manías no nos dejan mantener una relación o, por ejemplo, ir trabajar.

Veamos más datos sobre este tipo de problema que, en cierto modo, afecta a numerosas personas con mayor o menor incidencia.

Características de las personalidades anancásticas

Se conoce también a la personalidad anancástica como el “síndrome del perfeccionista” y entra dentro los trastornos de personalidad incluidos dentro del espectro obsesivo-compulsivo. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que, al hablar de espectro como tal, existen diferentes grados de obsesión, varios niveles donde este tipo de conductas pueden ser más o menos acusadas.

Veamos ahora cuáles son los rasgos que suelen definir a la personalidad anancástica:

En este tipo de personalidad es habitual que las personas lleguen a obsesionarse con cada tarea que hacen. Buscan la perfección más absoluta en cada aspecto de su vida, desde preparar una comida hasta el simple acto de ir de compras. Leerán la composición de los alimentos, compararán precios y, seguramente, tarden mucho más tiempo que los demás en decidirse a comprar algo.

Su búsqueda de la perfección no se limita únicamente a ellos mismos, a sus tareas, a sus acciones, a su modo de vestir. También esperan que los demás sean tan cuidadosos como ellos y, en vista de que dichas personas raras veces encajan en sus perspectivas, es frecuente que se sientas frustradas.

Cabe señalar también que son personas muy responsables, atentas y educadas. Su trato es tan delicado y exquisito que pueden llegar a incomodar o a extrañar a quienes están a su alrededor.

Otra característica destacable sobre la personalidad anancástica es que suelen ser perfiles algo controladores. Su exigencia con ellos mismos se extiende también a los demás, de ahí que en ocasiones se muestren algo severos y duros.

Tienen un alto sentido de la justicia, de lo que está bien y lo que está mal (según sus propios esquemas).

A la personalidad anancástica le cuesta mucho mantener relaciones afectivas estables. Las parejas les suelen durar muy poco.

Es importante saber que este tipo de personalidades suelen ser algo fatalistas, notan como si no pudieran encajar en este mundo tan complejo y con tantos matices que, habitualmente, escapan a su control.

¿Puedo estar sufriendo yo este tipo de trastorno obsesivo-compulsivo?

Es posible que llegado este punto te hayas preocupado al identificarte con alguno de los puntos anteriormente descritos. No obstante, antes de llegar a conclusiones precipitadas, es importante que tengas en cuenta los siguientes aspectos:

* Es normal ser exigentes con nosotras mismas y con los demás. Sin embargo, una personas con trastorno anancástico no tiene términos medios: las cosas, o están “muy bien hechas”, o simplemente no lo están. Casi nunca se sienten satisfechas cuando hacen algo. Al preparar una comida, por ejemplo, o cuando se peinan, o incluso cuando sus hijos les entregan una tarea del trabajo. “Podrías haberte esforzado más”, le dirían seguramente al niño. Es decir, su nivel de obsesión les impide poder ser felices, nada parece estar lo bastante bien para este tipo de perfiles.

* Es importante saber también que este tipo de comportamientos se agudizan más aún en épocas de estrés o ansiedad. Es entonces cuando aumenta la frustración y la infelicidad, hasta el punto de necesitar tratamiento.

*  Es decir, todos podemos ser algo obsesivos, de los que ponen cuidadosamente la cuchara al lado del plato y cuidan de que el vaso esté a una distancia óptima. Sin embargo, hay personas que podían dedicarle horas a esta tarea y olvidar que tienen que ir al trabajo, o que tienen una cita.

Para concluir, vale la pena saber también que la personalidad anancástica es más habitual en hombres que en mujeres. Sin embargo, en momentos donde estemos sufriendo un estado de gran ansiedad o estrés, somos precisamente las mujeres quienes podemos desarrollar (temporalmente) este trastorno. Generalmente suele resolverse adecuadamente con tratamiento psicológico y farmacológico.


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