El perdón hacia los demás y hacia uno mismo es lo más importante que debemos aprender a hacer para conseguir vivir en paz, armonía felicidad con nosotros mismos.
A muchas personas les cuesta perdonar porque piensan que hacerlo es liberar de la carga a la persona que les hizo mal, pero el orgullo, la rabia, el dolor, la ira o el resentimiento se encargan de que no sea posible hacerlo.
Pero resulta que perdonar nada tiene que ver con la persona que te hizo daño, perdonar es un acto egoísta que hacemos por y para nosotros mismos y para nadie más. Cuando perdonas a alguien que te ha hecho daño, lo que haces realmente es liberarte de esa carga que tienes en tu interior, de ese lastre que no te deja avanzar para poder sentirte libre y seguir caminando por tu camino.
Cuando perdonas, estás sanando tu alma, estas dejando de lado al dolor y al resentimiento, dejas atrás al pasado y al fin, podrás lograr caminar en tu camino sin necesidad de sentir esa carga tan pesada. Cuando no perdonas, sólo notarás oscuridad en tu interior, incluso es posible que sientas que la vida no te va bien… los sentimientos negativos acaban pasando factura emocional y físicamente, realmente no merece la pena.
Merece la pena dejar marchar todo ese odio y todo ese rencor para poder empezar de nuevo. Debes mirar en tu interior, ser honesto contigo mismo y darte cuenta de que si no perdonas no tiene nada que ver con el otro, sino contigo mismo. Perdonar te ayudará a estar bien, te ayudará a poder sentir la libertad suficiente para romper las cadenas y empezar a tomar tus propias decisiones.
Quizá lo que tienes dentro de ti es un gran sentimiento de culpabilidad por algo que hiciste y que quizá afectó a otras personas… por lo que el perdón que necesitas es para ti mismo.
A través del perdón es posible darte cuenta que al hacerlo liberarás tu alma.
Podrás sentirte mejor, podrás darte cuenta de que todo ese odio que sientes dentro de ti, debe marcharse para dejar paso a todo tu bienestar, a tu alegría y a tu felicidad.
0 comentarios