Si eres de los que no sabe tomarse una birra sin fumar un cigarrillo, atento: no eres consciente, pero lo haces para no dormirte.

 

 

 

Investigadores de la Universidad de Missouri creen que las personas anhelan los efectos de la nicotina cuando beben porque les ayuda a compensar la somnolencia provocada por el alcohol, según informa el Medical Daily.

Hasta ahora pensábamos que lo que enganchaba de la nicotina era básicamente su capacidad por incrementar los niveles de dopamina en el cerebro, produciendo una sensación placentera, pero su efecto estimulante e inhibidor del sueño podría explicar por qué muchas personas se convierten en fumadores sociales.

La nicotina mejora las sensaciones de placer y suprime el sueño que provoca el alcohol.

En ‘Fumando Espero’, Sara Montiel cantaba: «flotando en el humo me suelo adormecer», pero los científicos han comprobado que los fumadores sienten justo lo contrario. Es decir, al fumar, el área del cerebro asociada con los reflejos, el aprendizaje y la atención se activan, y espabilan.

«Usan la nicotina para mejorar las sensaciones recreativas o placenteras y suprimir el sueño que provoca el alcohol», afirman los investigadores, que han observado estos efectos en los cerebros de ratas para este estudio, publicado por Journal of Neurochemistry.

A pesar de que el tabaco tenga un efecto antisomnoliento sobre el alcohol, no es una buena combinación. A la larga, los fumadores y bebedores tienen más posibilidades de sufrir un deterioro cognitivo. De hecho, el riesgo es un 36% más alto que en los que son solo bebedores, según publicó The Huffington Post.

En el artículo, el doctor Gareth Hagger-Johnson afirmaba: «Sus cerebros envejecen 12 años por cada 10 años que pasan», por lo que aconsejaban dejar de fumar y no excederse con el número de cervezas consumidas al día.


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